Esta página web utiliza cookies técnicas y de análisis necesarias.
Al continuar navegando por esta web usted acepta el uso de cookies.

Modificaciones a la ley sobre ciudadanía «ius sanguinis»

Captura-de-pantalla-2025-04-02-115334

Modificaciones a la ley sobre ciudadanía «ius sanguinis»

El 28 de marzo, el Consejo de Ministros adoptó el «paquete ciudadanía», un conjunto de medidas legislativas propuestas por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional para reformar la disciplina sobre ciudadanía. El objetivo de las medidas aprobadas es reforzar el vínculo efectivo entre Italia y sus ciudadanos en el extranjero. El Ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, dejó claro que «el principio del ius sanguinis no se verá menoscabado y muchos descendientes de emigrantes podrán seguir obteniendo la ciudadanía italiana, pero se fijarán límites precisos, sobre todo para evitar abusos o el fenómeno de la “comercialización” de pasaportes italianos». La ciudadanía debe ser un asunto serio».

La reforma, que alinea los criterios de reconocimiento de la ciudadanía italiana con los de nuestros partners europeos, liberará recursos para mejorar la eficiencia de los servicios consulares, en la medida en que podrán dedicarse exclusivamente a quienes tienen una necesidad real, en virtud de su vínculo concreto con Italia. De hecho, el sistema actual incide en la eficiencia de las oficinas administrativas o judiciales italianas, que se ven sometidas a la presión de quienes viajan a Italia sólo para intentar acelerar el proceso de reconocimiento de su ciudadanía, alimentando también el fraude o las malas prácticas.

Para lograr este objetivo, se procederá en dos etapas: algunas normas entran en vigencia de inmediato por decreto-ley y, posteriormente, se procede a una reforma orgánica de los requisitos esenciales y los procedimientos de ciudadanía.

El decreto ley aprobado hoy establece que los descendientes de italianos nacidos en el extranjero solo serán automáticamente ciudadanos italianos hasta dos generaciones: solo quienes tenga al menos un progenitor o abuelo nacido en Italia serán ciudadanos italianos desde el nacimiento.

En la segunda etapa, un primer proyecto de ley (también aprobado hoy) introduce cambios adicionales más a detalle en la ley de ciudadanía italiana. En primer lugar, obliga a los ciudadanos nacidos y residentes en el extranjero a mantener vínculos reales con nuestro país a lo largo del tiempo, ejerciendo los derechos y deberes del ciudadano al menos una vez cada veinticinco años.

La reforma se completa con un segundo proyecto de ley que también reexamina los procedimientos de reconocimiento de la ciudadanía italiana. En particular, quienes residan en el extranjero ya no se dirigirán a los consulados, sino a una oficina centralizada específica en la Farnesina, para lo cual habrá un periodo transitorio de aproximadamente un año para la organización de la misma. El propósito es convertir los procedimientos más eficientes, con evidentes economías de escala. Los consulados tendrán que centrarse en brindar servicios a los que ya son ciudadanos y dejar de «crear» nuevos ciudadanos.

Finalmente, la medida incluye otras disposiciones destinadas a mejorar y modernizar la prestación de servicios: legalizaciones, registro civil, pasaportes, documentos de identidad válidos para la expatriación. Asimismo, se prevén medidas de organización que permitan acercar cada vez más la estructura de la Farnesina al servicio de los ciudadanos y las empresas.

Por lo antes expuesto, se suspenden a partir de hoy todas las citas para la presentación de documentos a efectos del reconocimiento «iure sanguinis», así como la asignación de nuevas citas (también a través del portal Prenotami), y la inscripción (también a través del portal Prenotami). Próximamente se informará sobre las actualizaciones al respecto.